El cáncer de piel es una enfermedad producida por el desarrollo de células cancerosas en las capas exteriores de la piel.

Existen dos tipos: el tipo no melanoma y el melanoma.

El cáncer de tipo no melanoma es el más frecuente y se denomina no melanoma porque se forma a partir de otras células de la piel que no son los melanocitos. Dentro de este tipo se encuentran todos los cánceres de piel menos el melanoma maligno que es menos frecuente y más maligno y que se explica más adelante.

El cáncer de piel se da más en las personas de piel blanca y que han pasado mucho tiempo expuestas a los rayos solares. Aunque puede aparecer en cualquier parte de la piel, es más frecuente que se presente en la cara, cuello, manos y brazos.


Este cáncer es el más frecuente de todos los tipos de cáncer, representando casi la mitad de los casos. Aunque el índice de supervivencia es alto.

En España el cáncer tipo no melanoma, en 1995, representó el 0,6% de todas las defunciones por cáncer para ese año y una tasa de mortalidad de 1,3 por 100.000 habitantes. Esta cifra es parecida para el tipo melanoma, habiendo supuesto para ese año, el 0, 7% de las defunciones y una tasa de mortalidad de 1,6 por 100.000 habitantes.

En los últimos años, la incidencia del melanoma maligno ha aumentado espectacularmente, se ha multiplicado por 3,3 en varones y por 2,5 en mujeres, en los últimos veinte años en España. A pesar de esto, representa menos del 3% de todos los tumores. No se ha esclarecido aún la causa de su aumento.
Se puede reconocer por un cambio en el aspecto de la piel, como una herida que no sana o una pequeña protuberancia. También puede aparecer una mancha roja, áspera o escamosa.

Ante cualquier cambio o anormalidad de la piel, hay que acudir al médico. Éste puede extraer una muestra y analizarla (biopsia) para comprobar si es un tumor maligno o no.

domingo, 1 de julio de 2007

¿Qué es el cáncer?

El cuerpo es formado por las células muy pequeñas.

Las células normales en el cuerpo crecen y mueren en forma controlada.

Algunas células continúan siendo divididas y creciendo sin control normal; por esa razón aparecen crecimiento anormal bien conocido como tumores.

Si el tumor no invade cerca teje o las partes del cuerpo, es un tumor benigno o noncancerous. Los tumores benignos amenazan raramente a la vida del paciente.

Si un tumor invade las células cercanas, es un tumor malo o un canceroso. El cáncer puede conseguir ser mortal.

Las células cancerosas extienden a veces a otras partes del cuerpo a través de los vasos sanguíneos y de los canales linfáticos.

La linfa es un líquido producido claramente por el cuerpo que drena los restos de las células. Viaja a través de los vasos sanguíneos especiales y dentro de las estructuras con la forma sabida de haba de riñón como nódulos linfáticos.

Los tratamientos contra el cáncer se utilizan para matar o para controlar las células cancerosas que crecen en forma anormal.

El cáncer toma el nombre de la parte del cuerpo donde comenzó a ser desarrollado. Por ejemplo, el cáncer que comienza en la piel será siempre cáncer de piel, incluso si extiende a otras partes del cuerpo.

Aunque los doctores puedan localizar donde el cáncer comenzó, la causa de la enfermedad no siempre puede ser resuelta.

Las células contienen el material hereditario y genético bien conocido como los cromosomas. Los cromosomas controlan el crecimiento de las células.

El cáncer aparece siempre debido al bíos de la leva que sucede en los cromosomas. Cuando los cromosomas en una célula no se desarrollan de forma normal, ésta pierde la capacidad de controlar su crecimiento.

Los cambios inesperados en la materia genética pueden suceder por diversas razones. Estos cambios son a veces hereditarios.

También pueden suceder como resultado de la exposición a las infecciones, a las drogas, al tabaco, a los agentes químicos o a otros agentes. En el caso del cáncer de la piel, los rayos solares causan daños en los cromosomas que pueden desarrollar el cáncer.

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